Hoy les presento algunos apotegmas y frases
seleccionados de los diálogos «De ira» de nuestro gran filósofo estoico. Se
tratan de varias muestras o fragmentos del pensamiento de Séneca. Contiene
consejos muy pragmáticos, que hoy día, ya tienen una relevancia y asequibilidad
sorprendente para el lector moderno. (Números de página corresponden con el texto
latin de la edición de Losada). El orden de las frases corresponde con el
número de la página y la que aparece.
Apotegmas de Séneca
«Sed adversus hostes, inquit, necessaria est ira. Nusqueam minus». «Pero contra los
enemigos ―dice―, la ira es necesaria. Nunca es lo menos». (pg. 38).
«Atqui
iracundissimi infantes senesque et aegri sunt, et invalidum omne natura
querulum est». «Pero los más iracundos son los niños, los ancianos
y los enfermos, y todo ser débil es por naturaleza quejoso». (pg. 48).
«Ira
paeceptis fugatur; est enim voluntarium animi vitium, non ex his quae
condicione humanae sortis eveniunt ideoque etiam sapientissimis accidunt». «La ira es
ahuyentada por los consejos.
«Por cierto, es un vicio voluntario del
ánimo, no de esos que devienen por el estado de la condición humana y por ello
acaecen incluso a los más sabios». (pg. 74).
«Numquam
irasci desinet sapiens, si semel coeperit». «El sabio nunca dejará de airarse,
si una vez hubiere comenzado».
(pg. 86).
«Vinum
incendit iras, quia calorem aget». «El vino inflama las iras, porque aumenta el calor». (pg. 109).
«Hic irasci quam stultum est, quae iram nostram nec
meruerunt nec sentiunt!». «¡Cuán necio es airarse con esas cosas que no pueden
merecer ni sentir nuestra ira!».
(pg. 120).
«Aliena
vitia in oculis habemus, a tergo nostra sunt».
«Los vicios ajenos tenemos delante de los
ojos, a la espalda están los nuestros». (pg. 126). ¶ Frase bien conocida en
la literatura latina, pero merece estar incluido por su belleza y simplicidad.
«Numquid et ipsi aliquid tale commisimus? Numquid sic erravimus? Expeditne nobis
ista damnare?». «¿Acaso nosotros mismos hemos cometido algo
parecido? ¿Acaso hemos errado de la misma manera? ¿Nos es ventajoso condenar
estas cosas?». (pg.126).
«Maximum
remedium irae mora est». «El mejor remedio para la ira es el tiempo». (pg. 126).
«Aut
ignorantia itaque nos aut insolentia rerum iracundos facit». «Así, pues, la
ignorancia de las cosas o su infrecuencia nos hace iracundos». (pg. 130).
«Ille magnus et nobilis qui more magnae ferae latratus
minutorum canum securus exaudit. «Magno y noble es aquel, que al modo de una gran
fiera, oye, indiferente, los ladridos de los cachorros». (pg. 134).
«Nullus
adfectus est in quem ira non dominetur». «No hay ninguna pasión a la que la
ira no domine». (Pg. 146).
«Eodem
modo sublimis animus, quitus Semper et in statione tranquilla conlocatus, omnia
infra se premens quibus ira contrahitur, modestus et vunerabilis est et
dispositus; quorum nihil invenies in irato». «Del mismo modo, el ánimo sublime,
siempre sereno y colocado en situación tranquila, reprimiendo en él todas las
cosas por las que la ira se contrae, es modesto, venerable, y ordenado. Nada de
ello encontrarás en el airado».
(pg. 160/1).
«Facilius
est se a certamine abstinere quam abducere». «Es más fácil abstenerse de la
lucha que retirarse». (pg. 169).
«Pythagoras
perturbationes animi lyra componebat».
«Pitágoras calmaba con la lira las
perturbaciones de su ánimo». (pg. 169).
«Multae
nos iniuriae transeant, ex quibus plerasque non accipit qui nescit». «Que nos pasen
inadvertidas muchas injurias; que las ignora no recibe muchas». (pg. 172).
«Fames
quoque et sitis ex isdem causis vitanda est: exasperat et incendit animos». «También, por
las mismas causas, hay que evitar el hambre y la sed: exasperan y enardecen los
ánimos». (pg. 170).
«Vetus
dictum est a lasso rixam quaeri; aeque autem et ab esuriente et a sitiente et
ab omni homine quem aliqua res urit». «Un viejo dicho es el de que la
riña es buscada por el hambriento, por el sediento y por todo hombre al que
algún asunto abrasa». (pg. 170).
«Quanto
satius est sanare iniuriam quam ulcisci!».
«!Cuánto mejor es curar la injuria que vengarla!». (pg. 207).
«Quanto
risu prosequenda sunt quae nobis lacrimas educunt!». «!Con cuánta
risa hay que ir tras las cosas que nos arrancan lágrimas!». (pg. 219).
«Si animus illos desit corrumpere, qui cotidie ad
rationem reddendam vocandus est. Faciebat hoc Sextius, ut consummato die, cum
se ad nocturnam quietem recepisset, interrogaret animum suum: 'quod hodie malum
tuum sanasti? Cui vitio
obstitisti? Qua parte melior es?'». «Si el ánimo los dejó corromper, debe ser convocado
todos los días para que rinda cuentas. Esto hacía Sextio, concluido el día,
cuando se había retirado al reposo nocturno, preguntaba a su ánimo: “¿De qué
mal has curado hoy? ¿A qué mal resististe? ¿En qué aspecto eres mejor». (pg. 222).
«Utor hac
potestate et cotidie apud me causam dico. Cum sublatum e conspectu lumen est et
conticuit uxor moris iam mei conscia, totum Diem meum scrutor factaque ad dicta
mea remetior; nihil mihi ipse abscondo, nihil transeo». «Uso esta
potestad, y diariamente defiendo mi causa ante mí mismo. Cuando desaparece la
luz de mi vista, y mi esposa, enterada ya de mi costumbre, guarda silencio,
examino toda mi jornada y repaso mis acciones y palabras; Nada me oculto, nada
paso por alto». (pg. 222).
«Pacem
demus animo quam dabit praeceptorum salutarium adsidua meditatio actusque rerum
boni et intenta mens ad unius honesti cupiditatem. Conscientiae satis fiat, nil
in famam laboremus; sequatur vel mala, dum bene merentis». «Demos a nuestro ánimo la paz que darán la constante
meditación sobre recomendaciones saludable, las buenas acciones y la mente
dirigida hacia el deseo de lo único honesto. Satisfágase a la conciencia. No
nos esforcemos por la reputación. Se da incluso mala, con tal de que la
merezcamos buena». (pg. 230).
«Nec ulla
res magis proderit quam cogitio mortalitatis». «Ninguna cosa nos aprovechará que
el pensamiento de la muerte».
¶ Cita que tiene un paralelo interesante con el concepto cristiano del
«meditatio mortis», que consistía en la persona rezando, mientras cogía los
huesos de un familiar fallecido, para darse perspectiva de la insignificancia
de sus problemas cotidianos. (pg. 230).
«Dum
inter homines sumus, colamus humanitatem». «Mientras estamos entre los hombre,
respetemos la humanidad». (pg. 234).
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